viernes, 10 de marzo de 2017

Viento de muerte

Hoy es un día común en los que pienso hasta que mi cabeza me entregue un temible dolor de cabeza. El viento de muerte que no para de golpear mi pecho y mi cuello enfría cada vez más todo mi cuerpo, dándome alucinaciones mientras camino a cualquier lugar sin un rumbo interesante, todo por la necesidad de mi yo testarudo en seguir mi instinto de supervivencia.

Ya nada es igual que antes, veo todo pero no observo, no logro detallar las cosas por mucho tiempo sin desaparecer de la realidad, todo es un producto de la película que coloca mi cerebro en loop hasta enloquecer y respirar agitado. Quiero renacer, pero para eso necesito verme dormido en las brasas de la maldita culpa que me persigue aunque trate de distraerla haciendo cualquier tarea que tenga pendiente. No puedes contener al desastre, es un animal salvaje con garras que rasguñan hasta que desgastan todo barrote por más fuerte que sea, la jaula que cada día voy reparando está perdiendo seguridad, y cada vez que uso mis manos pierdo vitalidad.

Necesito unas cuantas copas de olvidó, tengo que brindar por la ocasión, por lo que es y ha sido todo está mezcla de diferentes acontecimientos que me cansan hasta tener que perderme en el infierno al cerrar los ojos y verme lleno de sangre tras un fuerte grito de mis pesadillas. Coctel Molotov, ayúdame a encender mi ser sin esencia, quiero volver a tomar lecciones de vida antes de encaminarme a cualquier futuro, quiero volver a la inocencia sin medida, quiero volver a lo que debería ser la normalidad, y formar un mundo nuevo desde los cimientos sin sentir este viento de muerte que me persigue.

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