Nuestros músculos son valiosos, pero para algo están, no podemos dejarlos reposar demasiado porque se atrofian, así que no hay que preocuparse demasiado por la factura que dejan luego hacer algo de esfuerzo. Nuestros sueños y vivencias se basan en un conjunto de locuras que viven ocurrieron a diario, todo va desde el simple hecho de hacer una comida netamente no sana y descabellada hasta practicar deportes extremos o exponernos a otra clase de peligro. Hablo que de que los peligros y el dolor siempre estarán expuestos, y nuestros recuerdos se irán apilando uno a uno en cada un de los rincones de nuestro cerebro, dando como resultado una increíble biblioteca de sabiduría en nuestro interior. Hoy les digo, recorrer la ciudad me apasiona muchas veces, así como también me asusta, digo, no siempre conoces absolutamente cada esquina de ella, siempre hay algo nuevo que ver, y no es problema, así como para ustedes no podría ser un problema hacer algo que les apasiona y durar horas y horas en el proceso hasta que sus ojeras se sientan como pesas ante el sueño creador de alucinaciones y algunas canas.Que la voluntad siempre sea la misma en lo que nuestras querencias respecta, hasta que terminemos asqueados de todo proceso y queramos comenzar de nuevo.
La voluntad es un arma de doble filo, perdemos cosas a veces, pero ganamos muchas otras, y todo depende de lo que quieras obtener, hay que vivir observando todas las perspectivas posibles ante tus acciones, pero siempre hay que dar el todo por el todo. "Las cosas se hacen bien o no se hacen" diría mi padre a veces sonando un poco testarudo, pero en lo correcto, sabiendo que el mejor resultado se obtendrá solo si existe una buena voluntad, tanto para ti como para quien sea. Mi chispa fue encendida, tuve que aprender a notarla bajo palabras o gestos simples, así como en los detalles está la fuerza de la grandeza debemos mirar siempre más allá, leer entre las líneas sin que están nos confundan con tanto garabato en la mente.
Si la dicha nos quita la gracia, quiero vivir como un desgraciado, suena mal, pero se siente bien, créanme. Que nuestros músculos se retuerzan si los kilómetros se hacen cada vez más crueles, que nuestros párpados se nieguen ante el cierre de la santa María pautada por nuestro reloj biológico, y que la celebración de nuestra victoria ensordezca a todo aquel que en contra de tu voluntad solo obtenía causa de risa o veía la miseria en tu rostro.