lunes, 1 de mayo de 2017

El deber llama

Llegó la hora
de poner reglas mentales
donde no haya desastre
donde no corten las palabras
donde cese el circo malvado
que tanto llega al amanecer
y al entrar la noche
por mi ventana
que es respiradero
de mi humo tan dulce
como mi calma sintética
me vea sentado en paz
junto a mi niñez
que me habla siempre que puede.

Llegó el momento
de abandonar parte de mi
que me daña
y dejar entrar a ese ser
que hace reír audazmente
con su actitud de héroe idiota.

Llegó el momento
de verte reír,
así sea solo de lejos
porque con eso me basta
para estar en calma conmigo
y seguir soñandote a mi lado
con esas estrellas
enviando mensajes al aire.